4.4.07

LEATHER Y HIV-SIDA

Nuestras comunidades leather fueron de las primeras y de las más afectadas por la epidemia de sida.
A tal punto que las pérdidas sufridas significaron una verdadera fractura generacional.
Es decir que a la -siempre terrible- pérdida de vidas se sumó una ruptura en la continuidad de nuestra vida comunitaria.
Una fractura que es más significativa en nosotros por nuestro carácter tribal, donde esa suma de ideas, valores, conceptos, estilos y costumbres que se resumen bajo la etiqueta de Leather se transmiten de las viejas a las nuevas generaciones.

La aparición del sida importó también profundos cambios en la vida leather y en gran medida a eso se debe la pérdida del esplendor que la caracterizó en los años 70 y primeros años de los 80.

También es cierto que nuestras comunidades fueron de las primeras en reaccionar, y lo hicieron de una manera ejemplar, antes y mejor de lo que lo hicieron muchos gobiernos.

Hoy las comunidades leather más desarrolladas, en América del Norte y en Europa, estan a la vanguardia en la lucha contra los efectos de la epidemia. Y es difícil encontrar un Club u organización leather que no actúe de alguna manera en ese campo.

En nuestro Club tambien lo hacemos, dentro del marco de nuestros objetivos específicos y con nuestras limitaciones en recursos humanos y materiales.

Trabajamos en materia de prevención, difundiendo información y poniendo énfasis en la necesidad de adoptar decisiones responsables.
Nos interesa también la lucha contra la discriminación y el estigma.
Y nos sumamos al reclamo por la plena vigencia del derecho a la salud, con acceso universal a tratamientos adecuados.

Pero tambien trabajamos, de manera especial, en aspectos específicos relacionados con nuestra subcultura.
Nos interesa especialmente la prevención aplicada a las prácticas sexuales alternativas, fetichistas y al BDSM.
Entendemos que el concepto básico que se enuncia como:"BDSM: Seguro-Sano-Consensual" en esta época incluye, de manera destacada, lo referido al vih.

La solidaridad ha sido siempre un valor cultivado de manera especial por la gente leather.
En nuestros orígenes fue una necesidad para la sobrevivencia de una subcultura marginal que se desarrolló dentro la sociedad de postguerra caracterizada por la homofobia y la leatherfobia.
Luego se convirtió en una costumbre en el marco de aquellos viejos clubes de motociclistas donde frente al accidente que padecía alguno de sus miembros -algo no infrecuente- todo el grupo reaccionaba solidariamente.
Esa solidaridad se mantiene plenamente vigente en nuestras comunidades, y en estos tiempos debe incluir necesariamente a quienes conviven con el vih.